viernes, 16 de octubre de 2015

Maridos, amad a vuestras mujeres.


¡Feliz Viernes a todos!

Os comparto hoy la segunda parte del tema en el que nos quedamos la semana pasada. Estuvimos viendo que no solamente nosotras como mujeres nos debemos al cuidado y a la ayuda de nuestros esposos, sino que ellos tienen una parte muy importante que cumplir para  que la relación funcione y se asemeje lo más posible al diseño de Dios para nosotros como matrimonio.

Espero que el Espíritu Santo traiga luz a tu vida hoy.


"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (...) Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne." (Ef. 5: 25-31)


Creo que el texto por sí sólo nos dice muchas cosas, y bastante claras, además. Se podría escribir mucho acerca del tema. Yo solamente voy a hacer algunas  anotaciones que a mí personalmente me han impactado, pues no pretendo hacer ningún estudio, que ya hay muchos. Espero que te sirva lo que quiero compartir contigo hoy..

¿Qué te llama la atención?

Lo que más destaca en estos versículos es la comparación entre el amor de Cristo por su iglesia y el amor de los esposos por sus esposas. 

¿Qué clase de amor es este? 

Sin duda, un amor que va más allá de lo físico, que incluye no tan sólo las emociones, sino la mente, el espíritu y la voluntad. Este es el amor que Dios pide al varón que tenga por su mujer. Un amor abnegado como el amor de Cristo por su iglesia, que le llevó a entregarse a sí mismo por ella. 

¿Y qué quiere Cristo para su iglesia?

Una iglesia pura, sin mancha, santificada, apartada para Él. Una iglesia que le sirva y que cumpla con su misión en la Tierra. ¿verdad?

El esposo  también quiere una esposa igual para él.

De igual forma que la iglesia sin Cristo no es ni puede hacer nada, la esposa sin el esposo, y viceversa, tampoco, "no puede ir cada uno por separado" pues los dos son un equipo, "una sola carne" íntimamente unidos con una misión: edificar su hogar, impactar al mundo, dar a conocer las Buenas Nuevas de salvación. 

Me gustaría pararme  también en la frase que dice "la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia"

El marido tiene el deber de sustentar y cuidar de su mujer porque es "carne de su carne y huesos de sus huesos", no por obligación, sino por amor, porque forma parte de él mismo. 

La mujer moderna dice "yo puedo sola, no necesito al hombre para vivir". Nadie pone en duda esta capacidad, las mujeres somos muy fuertes, aunque en todos los casos, y más si se tienen hijos, es duro y penoso llevar una carga tan grande en solitario, y es porque simplemente ese no es el plan original de  Dios. 


Para terminar hoy, quiero que comprendas, como hija de Dios, por qué es tan importante conocer su Palabra y aplicarla en nuestras vidas. La Palabra es viva y eficaz (Heb. 4:12) la Palabra es luz (Sal. 119:105)y su verdad nos hace libres (Jn. 8:32)

En el momento en el que esposo y esposa desconocen estos textos que estamos estudiando: desconocen que la mujer es una ayuda idónea perfecta para el hombre, desconocen que ellas son fuertes y no débiles, desconocen, los  varones, que deben amar a sus esposas conduciéndose con sabiduría, cuidándolas como a vaso frágil, amándolas como Cristo a la iglesia, y ambos desconocen que son una misma carne, un equipo con una misión...si desconocen estas poderosas verdades que son las que pueden cambiar sus matrimonios, entonces van a creer otras verdades erróneas que van a absorber casi sin darse cuenta del exterior. 

Es por ello que cada uno tiende a mirar por sí mismo, y no por el otro, se ven como dos entidades diferentes, se juzgan el uno al otro, compiten el uno con el otro y sin darse cuenta, ¡pluf! se acabó el amor.

La Biblia nos enseña cómo debemos amar, porque realmente no sabemos cómo amar.   

Gracias de nuevo por leerme. 
















martes, 13 de octubre de 2015

Cuidando de él

Como os prometí la semana pasada hoy vamos a ver algunos consejos para saber cómo ayudar y cuidar de nuestros maridos.

En anteriores entradas ya hemos visto que somos ayuda idónea y también que somos mujeres fuertes.

Te sorprenderás al descubrir que cuidar a un hombre es más sencillo de lo que parece. De hecho, contentarnos a nosotras es mucho más, pero muchísimo más difícil para ellos.

La idea básica que tienes que tener en la cabeza es la típica frase: "son como niños". Y la verdad, no hay mucha diferencia en cuidar a un niño que cuidar a un esposo. Pero antes de ver en qué consiste esto debes tener muy en cuenta lo siguiente:

Ante todo:

Respeto

Si hay algo que más valore un hombre de su mujer es el respeto.

Respeto por quién es, por el lugar que ocupa en la familia, por su trabajo, sea cuál sea, por sus gustos y aficiones y, aunque no siempre sean acertadas, también por sus decisiones.

Muchas mujeres faltan continuamente el respeto a sus maridos, y no tan sólo a nivel privado, sino en público, delante de los hijos o de otros familiares o amigos.

Te recuerdo que nuestra influencia en ellos es muy grande ¿recuerdas que tenemos un sexto sentido? Un don natural y sobrenatural para ayudarles, pero no lo vamos a lograr si les faltamos el respeto.

Afirmación

Un hombre necesita de su mujer palabras de afirmación. Aunque sean tan grandullones y fuertes tienen muchas inseguridades.

"Tú puedes", "Te salió genial la ponencia", "¿Qué haría yo sin ti?", "Me derrito por tus huesos", "Eres un buen padre", etc.

Si les das palabras de afirmación realmente le estarás ayudando a perfeccionarse en llegar a ser esa persona que deseas que sea y que Dios también desea que él sea.


Confianza

Un hombre valora mucho que su esposa confíe en él. De hecho, en una pareja donde no hay confianza no hay nada.

La confianza está basada en la amistad. Entonces debieras preguntarte ¿Somos realmente amigos?

Para mi, mi esposo es mi mejor amigo. No hay nada que él no sepa y que no le cuente. Me dirás: "Belén, no me lo creo". Pues realmente, lo creas o no, es así, y eso es lo que nos salvaguarda. Yo confío en él y él en mi. Hay que saber cómo y cuándo contar las cosas, eso sí, pero él y yo, somos uno, para lo bueno y para lo malo.

Os pondré un par de ejemplos:

Un día se me cayó el móvil al wc. Lo metí en arroz, le pasé el secador y lo recuperé. Era el único celular que compartíamos los dos. Ese mismo día él llegó cansado del trabajo y preocupado por otros temas, no era el momento adecuado, así que esperé unos días para contárselo, nos reímos mucho del suceso.

Alex y yo también tenemos pequeños pactos de confianza. Uno es referente al dinero, el otro referente a nuestra relación con personas del  otro sexo.

A partir de cierta cantidad de dinero pactado, los dos sabemos que debemos preguntarle al otro algo así como "¿te importa que me gaste esta cantidad en esto o aquello?" o "¿crees que me puedo comprar esto?" Esto nos da confianza para gastar cierto dinero en algunas cosas con plena confianza de que el otro es consciente de las necesidades económicas de la familia y que no lo va a derrochar.

En el otro tema tenemos pactado nunca estar a solas con otro hombre o mujer en ningún lugar cerrado. A pesar de que confiamos plenamente el uno en el otro, es un tema delicado.  Desgraciadamente conocemos casos muy cercanos de infidelidades, resbalones o llámese como quiera, que se pudieran haber evitado. Por eso dice la Palabra.

"El que piense estar firme, mire que no caiga" (1 Co. 10:12)

Bueno, para mí estas tres cosas son muy importantes, a tener en cuenta en nuestra relación con nuestros maridos. Vamos a ver ahora algunas de las necesidades básicas que ellos tienen y comprobarás por qué digo que son como niños.


Necesidades básicas de un esposo:


-Alimentarlos


La comida es muy importante, por ello saber cocinar y conocer aquellas cosas que les gustan es fundamental. Detalles como que la comida esté preparada cuando llega del trabajo,(siempre que sea posible y entendiendo que tú no tienes un trabajo secular) que para cenar se les sirva de una manera especial o  le sirvas su café o té en su taza preferida, preparar un vermú especial para el Domingo o traerle alguna "chuchería sorpresa" de vez en cuando son cosas que le hacen sentirse cuidado y amado.

-Vestirles

Cierto que hay hombres más presumidos que otros, pero que su ropa esté lista cuando la necesitan o que haya espuma de afeitar, es otra de las cosas con las que se sienten amados. A Alex por ejemplo, le encanta que yo le corte el cabello y le arregle el bigote y también le hace mucha ilusión ver su percha del Domingo con su ropa impecablemente planchada y que le ayude a colocarle los gemelos en los puños de la camisa. Son momentos cotidianos en los que nos sentimos cercanos. A mí personalmente, me encanta cuidarlo y verlo guapo.

- Respetar su espacio y sus aficiones

Simplemente sé que hay momentos en los que necesita desconectar. Durante esos momentos no sirve de nada que le hable o le pregunte cosas, es inútil. A veces no entiendo sus aficiones, pero de vez en cuando le pregunto cómo va la liga o quién ganó durante la partida con su amigo a algún juego de estrategia. Otras veces necesita salir a ver algún partido en el bar (los bares españoles nada tienen que ver con los de latino américa) y comentarlo con otros hombres.

-Suplir otras necesidades físicas.

Sí, me refiero al área íntima Una necesidad para ellos tan importante como el comer o respirar. Un tema muy interesante del que también hablaremos en su momento y del que la Biblia trata también. El diálogo es muy importante y aprender a disfrutar juntos también lo es.

¿Qué otras necesidades se te  ocurren? ¿Estás de acuerdo con las que yo menciono? Seguro que hay muchas más maneras, dependiendo del carácter o personalidad de cada uno, en las que  podemos cuidarlos y hacer que se sientan amados.

Pero ¿qué pasa cuando nosotras lo damos todo y ellos nada o casi nada? igual te preguntes.

Y yo digo,¿de qué sirve exigirles y mandarles de malas maneras?¿es así como esperas que cambien? Dios nos manda a que cumplamos cada uno con lo que debemos cumplir y Él hará el resto.

Ciertamente, hay dos partes que cumplir, como hablamos en el post de ¿Sexo débil? Si tú cuidas de él, como esa ayuda idónea, y él te trata sabiamente, como a vaso más frágil y te ama como Cristo amó a la iglesia, el fruto es espectacular. Eso es lo ideal.

He visto maridos tozudos cambiar gracias a la paciencia, constancia y fidelidad a la Palabra por parte de sus esposas, y por supuesto a sus oraciones. Pero creéme si tú haces tu parte por amor a él, de una manera genuina, puedes llevarte grandes sorpresas. De eso trata la foto de hoy, porque en definitiva, son como niños...












viernes, 9 de octubre de 2015

¿Sexo débil?

Es Viernes y toca  meditar un poquito en la Palabra de Dios.

La semana pasada estuvimos viendo que la mujer es ayuda idónea de su esposo, y el martes quiero inspiraros con ideas de cómo podemos ayudarles en sus necesidades más básicas. No os lo perdáis.

Allí os decía que  la Biblia no menciona explícitamente que el hombre debe ser también ayuda idónea de su esposa, pero ¿qué dice acerca de cómo debe ser su trato con ella? Vamos a verlo.

Texto bíblico:

1 Pedro 3:7

Efesios 5:25-31

"Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo" (1 Pe. 3:7)


"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (...) Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne." (Ef. 5: 25-31)

¿Interesante?

Quizá te estés preguntando "Belén pero te has saltado la primera parte, el tema de la sujeción, ¿qué pasa con eso?".

Cierto. He querido dejarlo para otro post, ya que es un tema algo incómodo para algunas mujeres. Por eso quiero que veamos hoy la segunda parte, nos ayudará a entender la primera.

Fíjate en las cosas que dice de manera imperativa el primer pasaje:


Vivid con ellas sabiamente

Esta frase insta al esposo a pensar y a meditar en cómo debe vivir con ella, de qué manera debe tratarle. Esto incluye el hecho de preguntarse qué es lo que necesita a nivel integral, física, emocional y espiritualmente. Creo que todo ello incluye el significado de "ayuda" ¿verdad?

Si nuestros esposos dedicaran un tiempito de vez en cuando a meditar en estas cosas, muchas de nuestras relaciones matrimoniales mejorarían. Pero para ello es imprescindible la comunicación, no basta solamente con que las piensen, sino que sería maravilloso que nos preguntaran ¿no es así?
Ya sabemos que para ellos hablar de sentimientos es difícil, pero te recomiendo que juntos apartéis de vez en cuando un tiempo a solas para conversar acerca de sentimientos profundos y necesidades mutuas. Vale la pena, y si a ellos seguramente les cuesta más, quizá el primer paso tengas que darlo tú.


Dar honor como a vaso más frágil

Me encanta esta frase.

"Dar honor" va más allá del respeto. Es una apreciación  muy alta de la persona a la que se ama y que viene acompañada también de admiración.

"como a vaso más frágil" se refiere a cuidado y protección.

A pesar de lo que algunas mujeres modernas digan, a la gran mayoría de las féminas nos gusta sentirnos protegidas por los hombres. Físicamente son más fuertes, grandes y robustos. Cuando nos rodean con sus fuertes brazos o nos defienden en alguna circunstancia, nos sentimos amadas y seguras, y a ellos les encanta proteger a la mujer que aman, forma parte de su naturaleza.

Somos pues, como un precioso, delicado y bello vaso, quizá más frágil físicamente en nuestra complexión, lo cual nos hace más vulnerables en  algunas circunstancias.

¿Quiere decir que la mujer es el "sexo débil"?

Para nada, no estoy de acuerdo con esta frase. No existe un sexo fuerte y otro débil. Cada uno tiene sus fortalezas y debilidades, por ejemplo, tú y yo sabemos que tenemos otro tipo de fortalezas físicas que ellos no tienen, como cuando damos  a luz o somos capaces de continuar con todas nuestras tareas estando enfermas, pero tener a nuestro lado a un esposo cuidadoso, atento y protector ante ciertas necesidades o amenazas físicas, completa nuestras vidas como mujeres, no tan sólo a nivel físico, sino también emocional. 


Coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

Esta es otra de las frases que me encantan y me gusta explicarles a algunas mujeres.

La palabra "coheredera" se refiere a que tanto el hombre como la mujer comparten la misma herencia. Tanto el uno como el otro somos herederos del don de la vida y del privilegio de compartirla juntos como matrimonio.

"Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." (Gal. 3:28)

En el matrimonio, tenemos igualdad de condición. Somos un equipo que trabaja por una misma causa: nuestro hogar.


¿Y qué pasa si mi marido no es así de atento, respetuoso y protector?

En primer lugar, parto siempre de la premisa de que  existe un interés por ambas partes, esposo y esposa, de conocer el plan de Dios para nuestras vidas  y para nuestra familia. Este blog lo que pretende es dar a conocer cuáles son las herramientas bíblicas y ponerlas en práctica.

Mi esposo y yo tratamos a nivel personal con matrimonios "en apuros". Hay situaciones difíciles de solucionar, sobre todo cuando uno de los dos no es creyente. Amiga, si este es tu caso, te recomiendo que busques ayuda específica de tus pastores u otros consejeros  cristianos que sean serios.

Por otro lado, fíjate como termina la frase, "para que vuestras oraciones no tengan estorbo".

Es decir, que si el varón se cree superior a su mujer, usa de su orgullo o fortaleza física, etc. y no cumple con lo que la palabra enseña en este pasaje, no puede esperar que sus oraciones  sean tenidas en cuenta. ¡Tremenda enseñanza!


Si os parece, vamos a dejar el segundo pasaje para la semana que viene y así podemos meditar en lo que acabamos de leer. Me encantaría que libremente pudierais compartir vuestros pensamientos y comentarios.











martes, 6 de octubre de 2015

Amas de casa en peligro de extinción.

Uno de los artículos en la cabecera del blog se llama Amas de casa "Old School" y ahí puedes leer la idea general a la que me refiero en el artículo de hoy.

Las amas de casa siempre serán amas de casa aunque no quieran serlo, sólo por el hecho de ocuparse, unas más y otras menos, de las tareas del hogar y cuidar de su familia.

Aceptar nuestra realidad como amas de casa no siempre es fácil, a mi me ha costado años. Pero cuanto antes lo aceptemos, mejor. Y no solamente eso, como cristianas ya no somos simples amas de casa, pasamos a ser "Constructoras del Hogar", porque no nos limitamos a ver nuestro trabajo como simples tareas con las que cumplir, sino como un servicio o acto de amor a nuestra familia, y aún se extiende más allá, también a aquellas personas cercanas que nos rodean.

Partamos ahora del hecho de que aceptamos nuestra labor en toda su magnitud. Nos daremos cuenta de que hay muchas cosas que no sabemos hacer, ya sea por nuestro desinterés personal (como ha sido mi caso) o por nuestra falta de experiencia.

En cuanto a las tareas:

Gracias a los avances de la tecnología el trabajo de ama de casa se ha vuelto cada vez más sencillo. Lavadora, lavavajillas, aspiradora, robots de cocina...y esto es maravilloso, porque cuanto menos tardemos en hacer nuestras tareas, más tiempo tendremos para ocuparnos en "edificar" a nuestra familia de otras formas.

Me da mucha pena cuando veo a mujeres estupendas que no tienen interés ninguno por ciertas materias que antes formaban parte de los conocimientos básicos de un ama de casa, y por supuesto, que nunca enseñarán a sus hijas. Quizá me equivoque y no sea desinterés o pereza, sino ignorancia, quizá sus madres tampoco les enseñaron a ellas, y es por eso que hablamos de amas de casa en peligro de extinción.

Voy a compartir con vosotras una lista de "asignaturas" que me he impuesto a mí misma y que creo que se deberían seguir enseñando, primeramente a nuestras hijas, y en segundo lugar a todas aquellas mujeres que nunca tuvieron la oportunidad de aprender.

-Cocina tradicional (no robotizada)

-Repostería básica

-Costura básica (acortar mangas, subir dobladillos, coser botones, pegar cremalleras...)

-Administración del hogar (presupuestos  económicos básicos )

-Planificación básica de las tareas del hogar

-Planificación del menú semanal

Yo he añadido para mí  también botánica básica, caligrafía y otras artes como música o pintura, etc. Antiguamente todas las jovencitas aprendían algún instrumento como el piano, canto o a recitar poesía o dibujar, pero esto es algo ya, para las amantes de antiguas eras...


En cuanto a la edificación de la familia:

Esta es una tarea olvidada o más bien desconocida, pero en la que, como hijas de Dios, debemos poner énfasis y dedicación, y  que está directamente relacionada con nuestro rol como mujeres, esposas y madres, según el diseño divino que nos muestra la Palabra, lo cual te estoy mostrando en las entradas de los Viernes.

Las materias que yo considero indispensables y que estoy aprendiendo son:

-Vida devocional

-Estudio bíblico (basado en una relación personal con Dios)

-Cómo organizar una agenda de oración por nuestra familia (a nivel personal y en común, ésta última en conjunto con nuestros esposos)

-Cuidados del esposo y de la relación afectiva y marital (estudiarla en gran parte en conjunto con él)

-Cuidados y educación de los hijos en las diferentes etapas de su vida (bebés, infancia, adolescencia y juventud)

-Hospitalidad (nociones básicas de protocolo y buenas maneras)
  y servicio social básico.



Bueno, estas serían las materias que yo considero básicas para una verdadera ama de casa "old school". ¿Qué pensáis?

Ahora mismo estoy aprendiendo a mejorar mis nociones básicas de costura. He sacado de nuevo mi olvidada máquina de coser, a ver si poco a poco nos vamos haciendo amigas. Mi sueño es poder llegar a confeccionarme mis propios vestidos. De momento, he acortado las mangas de uno de mis vestidos preferidos (ese día llevaba una sudadera con rosas y el vestido es de rosas, casualidad o mucho amor por las rosas) y he subido el dobladillo de otro vestido y de unos pantalones. Os dejo alguna foto.

Besos.





















jueves, 1 de octubre de 2015

Ayuda idónea

Me gusta la traducción al inglés de esta palabra, "ayuda idónea", tan utilizada en nuestros círculos cristianos. En inglés es "helpmate", que literalmente sería "compañero/a de ayuda".

Antes de tomar la decisión de escribir sobre el rol bíblico de la mujer, que es, digámoslo así, la principal materia prima de este blog, (pero no, no dejaré tampoco de escribir sobre el rol del hombre) he leído varios artículos y escuchado conferencias varias, y sorpresivamente, la gran mayoría de los autores son hombres. 

Parece que existe cierto miedo o tabú que una mujer hable sobre lo que la Biblia revela acerca de la mujer, y más, tal y como está el panorama social actual acerca de la sexualidad. Pero como os vengo diciendo, Dios diseñó un plan perfecto tanto para el hombre como para la mujer y es el que todo cristiano debiera conocer y poner en práctica en sus hogares, porque, y me atrevo a decirlo, es el único que funciona.

Así que vayamos despacio, paso a paso desde el principio. Vamos a ver algunos textos bíblicos:


"Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él" (Gen. 2:18)

"Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne, ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Gen. 2:21-24)


Vemos  cómo Dios formó a la mujer de una costilla de Adán. Vio al hombre solo y decidió regalarle algo muy especial y hermoso que creó de algo que formaba parte de él mismo, una ayuda idónea y compañera ideal.

Fíjate lo que dijo Adán: "ahora es hueso de mis huesos, carne de mi carne".

Personalmente, el hecho de pensar en que fui creada como un regalo tan bello y hermoso y con una capacidad sobrenatural para ser "ayudadora" de alguien de quien formo parte tan íntimamente como mi esposo, me alegra y también me maravilla.

A través de nuestra visión moderna, leemos este pasaje y nos vemos como algo "secundario" o "añadido" al varón, y olvidamos que somos con él una misma cosa, una misma carne. 

Hubiera sido diferente si Dios hubiera creado a la mujer a partir de otra cosa "fuera del hombre".

Cuando escucho a algunas mujeres casadas "levantando barricadas" entre ellas y sus maridos, separando esto y aquello, intentando vivir vidas paralelas, bajo contratos ficticios de "mío y tuyo", me da mucha pena, porque no es lo que Dios planeó. Una "misma carne" muestra no tan sólo una misma naturaleza, sino dos mismas personas unidas desde lo íntimo y que abarca todo lo demás, que se complementan como una pieza de puzzle con otra.

¿Quiere decir entonces que el hombre no es ayuda idónea de la mujer?

Veremos en entradas posteriores que, aunque la Biblia no menciona de manera explícita lo mismo del hombre hacia la mujer, sí le demanda otras cosas como amor, cuidado y protección, lo cual ya incluye la ayuda y aún mucho más ¿no crees? pero lo veremos más adelante.

Quiero que hoy te quedes con esta idea principal : 

La mujer fue diseñada por Dios con la habilidad natural y sobrenatural de ayudar a su esposo

Vemos muchas cosas que ellos no ven. Nos damos cuenta de situaciones que ellos ignoran, podríamos decir que es ese "sexto sentido" del que se habla tan a menudo.

 Tenemos una gran influencia en ellos ¿qué mujer no sabe esto?

Si eres una hija de Dios preocupada por edificar tu hogar a la manera divina, debes plantearte aceptar esta verdad en tu mente y corazón.

A veces me dicen: "Belén, eres una mujer utópica e idealista" 

"De ningún modo", les respondo, "simplemente creo lo que Dios dice en su Palabra e intento ponerlo en práctica, y aunque no siempre es fácil ¡siempre veo resultados!"

Ciertamente no hay matrimonio ni familia perfecta, es un proceso de aprendizaje y superación, pero después de casi 20 años casada y de 16 con hijos, doy fe de que si obedecemos a Dios él hace todo lo demás, siempre es fiel a su Palabra. 

Así que no te desanimes, quizá hasta ahora no te hayas visto a ti misma nunca como una "helpmate". En las próximas entradas hablaremos de algunos consejos prácticos para poder ayudar a nuestros esposos. 


Gracias por leerme.






 



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