viernes, 8 de enero de 2016

Debe sujetarse la mujer a su marido? (Parte II)

Tomemos de nuevo el texto bíblico de 1 Pe. 3:1

"Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabras por la conducta de sus esposas"

Antes de continuar te recomiendo que vuelvas a leer, si no lo has leído ya, el post de la parte I para entender mejor de lo que estamos hablando, clicando aquí.

En el post anterior vimos cómo en la Biblia todas las relaciones humanas, y aun es muy importante en nuestra sociedad para que ésta funcione, están sujetas a otras. Vimos de qué manera incluso, el Hijo está sujeto al Padre.

Así pues, no es de extrañar que la Palabra enseñe que la mujer deba sujetarse al marido (vulevo a insistir en leer la parte I) para que la familia funcione, teniendo en cuenta, claro está, en que los dos deben obedecer primeramente a los mandatos bíblicos de cumplir con sus roles (la mujer principalmente ser ayuda idónea y el hombre amar a su esposa como Cristo amó a su iglesia, como ya vimos también anteriormente)

¿Por qué la mujer debe sujetarse a su marido?

Piensa en una manada de lobos.

Hay un líder de la manada que la protege, la guía durante el invierno y a los  mejores lugares donde suele haber comida. La manada le sigue y le obedece. Cada miembro ocupa su lugar y está sujeto al líder. De esta manera la manada prospera.

De igual manera Dios puso al hombre como cabeza del hogar. Él debe ser el líder de su "manada". 

La esposa y sus hijos deben reconocer su liderazgo y le deben respeto. Para un esposo esto es fundamental. Necesita sentir que su familia confía en él y que es plenamente capaz de sustentar y proteger a su familia.

¿Significa que el marido manda?

Ser líder no significa ser un dictador. El buen líder pide la opinión de la esposa y tiene en cuenta también la de sus hijos. Debe estar abierto, por tanto, a escucharlos, pero la última palabra debe ser siempre la de él.

¿Y si se equivoca?

Si se equivoca habrá aprendido una valiosa lección que le ayudará a ser mejor esposo o padre, y es importante que su mujer no le recrimine con palabras como "¡Te lo dije!"

Hay un dicho muy conocido que dice que "el marido es la cabeza pero la mujer es el pescuezo". Ciertamente las esposas ejercemos una gran influencia sobre nuestros esposos. Si queremos que ellos mejoren y lleguen a ser buenos esposos y padres, un gran porcentaje depende de nosotras.

¿Qué pasa si mi marido no es creyente, también debo sujetarme a él?

El versículo de 1 de Pedro 1:3 lo deja bien claro: 

"para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabras por la conducta de sus esposas"

Tú puedes ganar a tu esposo inconverso por tu conducta. 

He visto muchas escenas de mujeres de maridos no creyentes reprocharles todo lo que hacen porque "eso no le gusta a Dios". Recuerda que en este caso tu marido no puede entender las cosas de Dios como tú las entiendes, para él son locura, y si además tiene a una mujer que sólo hace que regañarle, se cerrará todavía más a las cosas espirituales.

Gánalo con respeto, amor, paciencia y mucha oración.







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